Butterfly

Jueves, 29 de agosto de 2024, en NY, USA

Musik

Me levanto, posteo en Instagram, y al instante, ahí está él. Me saluda con un «buenos días» y me llama «ser humano maravilloso». Respondo, nos sumergimos en la conversación, y de él recibo mil palabras de reconocimiento y amor: «Estoy orgulloso de ti», «Eres grandiosa», «Diosa, vas a tener un día maravilloso». Entonces, se nutre mi lenguaje del amor. Como nunca, se nutre mi lenguaje del amor.

Sin embargo, suspiro, respiro profundamente y lloro. Lloro porque me hace sentir especial, pero también porque no es la mirada de mi hombre la que me mira así, no son sus palabras las que me reconocen, no es él quien me admira y me recuerda cuán grandiosa soy. Lo sé, siento todo esto por mí misma, no necesito que nadie más me haga sentir grande. Asumo la responsabilidad de lo que siento y de cómo quiero sentirme.

Han sido años de estar acompañada, sintiendo la ilusión de estar completa, de estar llena, pero esa sensación no me alimenta. Es decir, es un amor que me llena, pero no me nutre. He tratado, una y otra vez, de llevarlo con cariño a través de mi mapa del amor, de tacto físico y reconocimiento… He explicado cada símbolo de mi leyenda, fiel y paciente, una y otra vez. Pero soy yo la que no ha querido ver. Soy yo la que ha insistido en aprender algo que no puede ver ni comprender. No soy yo quien puede liberarlo, no son mis 14 años de lealtad y calma.

¿Dónde te has quedado, mi Lali? Ahí, dirigiendo y cargando todo lo que no te pertenece.

No me importa lo que piense la gente que me conoce, y mucho menos aquellos que no me conocen; ni siquiera sé quiénes son. Probablemente, muchos de ustedes han estado donde estoy yo ahora: cediendo lo que merecen por una lealtad invisible, apegos, inseguridad, y miedo. Así es como dejamos ir a personas increíbles que no saben responder al lenguaje del amor del otro. Y aquí estamos, con nuestra plantita del amor esperando que alguien la nutra, pero jamás crece; sin sol, sin tierra, sin aire, sin agua, jamás crece.

Comencé a nutrirme a mí misma. A tocarme, a sentir mi piel, mi rostro, mis senos, mi yoni; a amarme y excitarme mientras me recordaba lo grandiosa que soy. Dejé de esperar que alguien más me hiciera sentir amada. Y mientras me regalaba tanto amor y palabras de reafirmación, empezaron a crecer nuevos tallos. Soy esa planta que dejó de crecer para no ser más grande que él.

Comenzamos bailando el viaje de la vida al mismo ritmo, aprendiendo juntos, vibrando al compás de cada danza. Un, dos, tres. Un, dos, tres. Pero entonces, yo pasé al segundo nivel, mientras él, atrapado entre compromisos y distracciones, esperaba a que regresara de mi clase para enseñarle los nuevos pasos. Mi amor por él era tan grande que no podía esperar para llegar a casa y compartir con él todo lo nuevo que había aprendido. Un, dos, tres. Un, dos, tres. Y en ese nuevo baile, había toques, roces cuerpo a cuerpo, carcajadas y risas tras cada enredo. Una mirada profunda, un «te amo», y hacíamos el amor.

Con el tiempo, avancé demasiado, mientras él seguía en el primer nivel, ocupado y distraído, esperando que yo volviera para enseñarle, una vez más, lo que había aprendido con tanto esfuerzo, valentía y sacrificio. Energía y tiempo que él esperaba que repitiera, para hacer por él lo que no quiso hacer por sí mismo.

“Nunca quise ser tu maestra, quiero ser tu amante”.

Ahora me pesa llegar a casa y saber que me toca enseñarte. Yo también quiero aprender. Me estoy privando del tiempo que otros grandes podrían dedicarme, me estoy negando la oportunidad de bailar con alguien que pueda guiarme. No debería ser yo quien te guíe, mi amor. Ahora quiero salir a bailar con alguien que me haga sudar y vibrar con cada ritmo y movimiento. Y eso, no lo tengo contigo. Duele decirlo, pero no lo tengo, ni probablemente lo tendré en esta vida.

Este mundo es de valientes. Hay quienes se entregan a la vida, dejando atrás su chaleco antibalas, y hay quienes son consumidos por el miedo en su camisa de fuerza. Yo soy un ave que ha escapado de su jaula. Fui paciente mientras observaba el vuelo de las demás, saltando de un lado a otro para conseguir alimento, protegerme de los depredadores y esperar… esperar a que mis alas volvieran a crecer, para que una vez completas, pudiera ejercitarlas hasta ganar fuerza y poder. Y ahora que puedo volar, después de tanta calma, dolor y sacrificio, NUNCA PERMITIRÉ QUE EL MIEDO ME REGRESE A DONDE NUNCA DEBÍ ESTAR… Ya no soy el ave enjaulada, soy un ave SOBERANA, LIBRE Y PODEROSA que jamás renunciará a su libertad.

Los invito, mis lalilovers, a que definan cuál o cuáles son sus lenguajes del amor, el suyo, el de sus hijxs y de su pareja. Tacto físico, palabras de afirmación, regalos, actos de servicio, tiempo de calidad… Esto es como un pulmón en nuestras relaciones. Amen y ábranse a ser amadxs profundamente, justo como merecen. Hay varias páginas que te permiten realizar un examen para definir cuál es tu lenguaje del amor. Pero preguntarte cómo te sientes amado te irá acercando a tu respuesta.

.

Con amor por mí, con amor por ustedes,

.

Lali

2 Respuestas

  1. ¡Que fuerte! No debe ser fácil escribir esto. Igual entiendo que es necesario. Me recuerda los escritos de Marshall Rosenberg sobre “what is alive in you?” Que responde a qué es lo que te hace spark 🔥 , identificar claramente tus necesidades y así guiarte en relaciones honestas que te nutren.

    • Así mismo. Parte también de mi proceso a hacerme cargo de lo que me corresponde y no otorgarle el poder a nadie de cómo quiero sentirme. Es un viaje de auto amor, para permitirme recibir desde el balance lo que necesito y no esperar que sea otro quien nutra mi herida. No hay nadie que pueda ocupar el lugar de nuestro centro. Ese sentido de SER y PERTENECER. No puedo pedirle a alguien lo que no le corresponde. Entonces me hago cargo de lo que siento, de mis expectativas y de las decisiones que he tomado. Suelto el apego, la lealtad invisible, diría yo, incluso, que hasta cultural, para reclamar mi sagrado derecho de hacerlo diferente. Yo quiero sentirme libre. Soy yo la responsable de trabajar acercarme a ese lugar donde quiero estar.

Responder a Lali Wolf Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

ES_ES